lunes, 5 de septiembre de 2011

LA EDUCACIÓN

Nadie, como la republica, se ha preocupado tanto por educar; nadie ha dado al oficio de maestro esta dignidad máxima que consiste en considerarlo como el más bello del mundo.
La escuela se ha vuelto una institución débil. Hay crisis de la escuela, de la enseñanza y de la relación maestro-alumno. Hemos renunciado a “imponer” la “autoridad”, el alumno está a menudo apoyado por su familia en sus comportamientos desordenados.
Ser maestro es el más bello oficio del mundo; su misión es permitir a todos apropiarse de los conocimientos. Ser profesor ya no es una promoción; tenemos maestros mediocres, faltos de vocación. No todo el mundo hace el mismo trabajo, y debe haber justicia. Una parte del salario debe ser atribuida en función del mérito y la promoción debe depender de los resultados. El saber académico ya no basta, se necesita profesionalismo.
Ya es tiempo de impulsar, en el mundo de la enseñanza, una reflexión sobre la educación, volver a dar a los maestros la conciencia de su importancia en una sociedad que no es una vasta empresa, sino que debe orientarse hacia la cultura de la libertad y la voluntad de eficacia.
(cit. Ikram Antaki, 2000)


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